Por sus características estilísticas se cree realizada en un taller parisino en las últimas décadas del siglo XIV y su presencia en el Tesoro compostelano se correspondería con una ofrenda de peregrinación pendiente de identificar y, en todo caso, anterior al año 1426, en que ya aparece recogida en los inventarios. Posteriormente, en las primeras décadas del siglo XVI sufrió algunas modificaciones, con la retirada de algunas piedras, que aparecen citadas en las descripciones anteriores y la colocación de otras nuevas.