Descripción

El 22 de abril de 1101 era consagrado Obispo de Santiago Diego Gelmírez, un personaje fundamental para la catedral y, entre otras cosas, gran impulsor de la construcción de la catedral románica y mecenas de las artes. Cinco años después, también un 22 de abril, habría sido la fecha en que se colocó el mobiliario litúrgico del altar mayor de la catedral, un proyecto en el que Gelmírez estuvo particularmente implicado en su afán por convertir a Compostela en una segunda Roma.
La reconstrucción virtual hipotética realizada en 2010 bajo la dirección de M. Castiñeiras y V. Nodar resulta particularmente ilustrativa sobre la apariencia de este nuevo altar que permitió, en su momento, poner en funcionamiento la catedral románica. Tras las rejas que cerraban, salvo en determinadas horas del día, el presbiterio, y bajo un gran baldaquino, se encontraban el altar y el retro altar de plata. Allí se guardaban las piezas más importantes del Tesoro catedralicio, entre ellas, la desaparecida Cruz Compostelana, ofrenda del rey Alfonso III.
Rodeando la capilla mayor, el peregrino se encontraba con la confessio, con un altar dedicado a la Magdalena, que era, entonces, el punto más próximo al sepulcro apostólico al que se podía llegar y orar en la catedral románica. Tiempo después, coincidiendo con la ceremonia de consagración de la catedral, el 21 de abril de 1211, el Maestro Mateo colocaría, sobre el altar de Gelmírez, una imagen pétrea de Santiago apóstol, creando con ella, un punto de referencia y cercanía para el fiel.

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